viernes, 29 de junio de 2018

LOBO ESTEPARIO


                          Steppenwolf

Hermoso esto de la auto satisfacción, la falta de preocupaciones, estos días
llevaderos, a ras de tierra, en los que no se atreven a gritar ni el dolor ni el placer,
donde todo no hace sino susurrar y andar de puntillas
Cómo no había yo
de ser un lobo estepario y un pobre anacoreta en medio de un mundo, ninguno de cuyos
fines comparto, ninguno de cuyos placeres me llama la atención.No puedo aguantar
mucho tiempo ni en un teatro ni en un cine, apenas puedo leer un periódico, rara vez un
libro moderno; no puedo comprender qué clase de placer y de alegría buscan los
hombres en los hoteles y en los ferrocarriles totalmente llenos, en los cafés repletos de
gente oyendo una música fastidiosa y pesada; en los bares y varietés de las elegantes
ciudades lujosas, en las exposiciones universales, en las carreras, en las conferencias
para los necesitados de ilustración, en los grandes lugares de deportes; no puedo
entender ni compartir todos estos placeres, que a mí me serían desde luego asequibles y
por los que tantos millares de personas se afanan y se agitan. Y lo que, por el contrario
si el mundo tiene razón, si esta
música de los cafés, estas diversiones en masa, estos hombres americanos contentos
con tan poco tienen razón, entonces soy yo el que no la tiene, entonces es verdad que
estoy loco, entonces soy efectivamente el lobo estepario que tantas veces me he
llamado, la bestia descarriada en un mundo que le es extraño e incomprensible, que ya
no encuentra ni su hogar, ni su ambiente, ni su alimento.

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