viernes, 29 de junio de 2018

¿ERROR ECONÓMICO?




     La política que nos aplican está más que pensada y organizada desde hace décadas, en escuelas de pensamiento, en universidades, y sólo busca una cosa: acabar por completo con el estado de bienestar, privatizarlo todo, acabar con cualquier atisbo de lucha sindical. En definitiva, lo de siempre, que los poderosos sigan mangando cuanto más mejor, mientras los demás nos conformamos con las migajas que quieran darnos. Si quieres algo te lo pagas, y si no te lo puedes pagar púdrete. Es la esencia del capitalismo, siempre lo ha sido, aunque durante algunas décadas en Europa se consiguiera domesticarlo. Pero como ya sabemos, todo esto empezó a cambiar a mediados de los 70 del siglo pasado en un proceso que, sin prisa pero sin pausa, nos ha traído adonde estamos. Y esta crisis, preparada o no, les ha venido como anillo al dedo para dar la puntilla. Sólo así se entiende ese "empecinamiento en el error". No hay tal error. Ni siquiera hay odio ni deseo de venganza. Como dirían los mafiosos, son sólo negocios. Lo que nos ocurre es que llevábamos tantos años de relativa tranquilidad con un estado de bienestar que nos amparaba, que hemos olvidado que la lucha de clases ha existido siempre, por más que ahora quieran hacernos creer que ya ni hay clases sociales. Nos habíamos dormido y ahora nos cuesta creer que todo esto es real y no una pesadilla. Pues bienvenidos todos al mundo real. Ya estamos despertando, pero la pregunta ahora es ¿cuando empezaremos a pelear?
Y quien dice que quieran arreglar nada? Esto es realmente lo que quieren, mantener pueblos en la inseguridad es el mejor método para tenerlos dominados.
A mediados de los setenta del pasado siglo EEUU (Gobierno Nixon y necesidad de financiar la guerra de Vietnam) rompió los acuerdos de Bretton Woods que desde el final de la guerra mundial, regían la economía del mundo, desvinculando el valor del dólar del valor del oro.
Francia y Alemania, que habían precipitado la crisis del momento, exigiendo transformar sus reservas de dólares en reservas de oro al precio, entonces fijo, de 35 dólares la onza, aceptaron inexplicablemente (inexplicablemente, si olvidamos el hecho de que estaban en la “guerra fría”) que el dólar siguiera siendo la moneda de reserva mundial, sin más control que el de la Reserva Federal (Banco Central) de Estados Unidos.
A partir de ahí la emisión sobre todo de dólares (bancarios y físicos) pero también de otras monedas, se disparó, las cantidades de emisión y las decisiones de cómo utilizarlas quedaron en manos del poder financiero (bancos privados y Bancos Centrales -altos directivos intercambiables-, clubs de ricos -G-8, G-20-…). Poder que, con Reagan-Thatcher (1980-1990) y hasta el estallido de la crisis o mejor, hasta ahora mismo, consiguió la des regulación de todo el sistema que, más o menos, había funcionado desde 1945-1950.
Ese descontrol monetario y esa falta de regulación del sistema financiero, junto con la entrada en juego de nuevas monedas competitivas con el dólar y nuevos países con poder económico China, han conducido a la economía de casino actual y al gran fraude que es la Gran Recesión.
La Gran Recesión -el gran fraude- es, como bien escribe Ferd, una nueva faceta de la lucha de clases, que en su forma actualizada de explotación, hay que explicar mucho mejor a la inmensa cantidad de desfavorecidos que la sufren.
Como hacerlo de forma inteligible es parte del problema que tenemos para conseguir que la gente se movilice y que algo cambie realmente.

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