martes, 6 de diciembre de 2016

La mentira del sistema










Por qué no estalla una revolución.










french-revolution
¿Te has preguntado alguna vez porqué nadie reacciona ante la infame oleada de opresión y abusos de todo tipo que estamos sufriendo?
¿No te produce perplejidad el hecho de que tras tantas y tantas revelaciones sobre casos de corrupción, injusticias, robos y burlas a la ley y a la población en general, a la cual se le ha robado literalmente el presente y el futuro, no suceda absolutamente nada?
¿Te has preguntado porqué no estalla una Revolución masiva y por qué todo el mundo parece estar dormido o hipnotizado?
Estos últimos años se han hecho públicas informaciones de todo tipo que deberían haber dañado la estructura del Sistema hasta sus mismísimos cimientos y sin embargo la maquinaria sigue intacta, sin ni tan solo un arañazo superficial.

Y esto pone de manifiesto un hecho extremadamente preocupante que está sucediendo justo ante nuestras narices y al que nadie parece prestarle atención.
El hecho de que SABER LA VERDAD YA NO IMPORTA
Parece increíble, pero los acontecimientos lo demuestran a diario.
La información ya no tiene relevancia
Desvelar los más oscuros secretos y sacarlos a la luz ya no produce ningún efecto, ninguna respuesta por parte de la población.
Por más terribles e impactantes que sean los secretos revelados.
Durante décadas hemos creído que los luchadores por la verdad, los informadores capaces de desvelar asuntos encubiertos o airear los trapos sucios, podían cambiar las cosas.
Que podían alterar el devenir de la historia.
De hecho, hemos crecido con el convencimiento de que conocer la verdad era crucial para crear un mundo mejor y más justo y que aquellos que luchaban por desvelarla eran el mayor enemigo de los poderosos y de los tiranos.
Y quizás durante un tiempo ha sido así.
Pero actualmente, la “evolución” de la sociedad y sobretodo de la psicología de las masas nos ha llevado a un nuevo estado de cosas.
Un estado mental de la población que no se habría atrevido a imaginar ni el más enajenado de los dictadores.
El sueño húmedo de todo tirano sobre la faz de la tierra: no tener que ocultar ni justificar nada ante su pueblo.
Poder mostrar públicamente toda su corrupción, maldad y prepotencia sin tener que preocuparse de que ello produzca ningún tipo de respuesta entre aquellos a los que oprime.

Ésta es la realidad del mundo en el que vivimos.
Y si crees que esto es una exageración, observa a tu alrededor.

Ahí está el caso del deporte de masas, azotado como está por la sospecha de la corrupción, de la manipulación y del dopaje y por la más que probable adulteración de todas las competiciones bajo el control comercial de las grandes marcas…y a pesar de ello, sus audiencias televisivas y su seguimiento no solo no se ve afectado, sino que sigue creciendo cada vez más y más y más…

Pero todos estos casos empequeñecen ante la gravedad de las revelaciones hechas por Edward Snowden y confirmadas por los propios gobiernos, que nos han dicho, a la cara, con luz y taquígrafos, que todas nuestras actividades son monitoreadas y vigiladas, que todas nuestras llamadas, nuestra actividad en redes sociales y nuestra navegación en Internet es controlada y que nos dirigimos inexorablemente hacia la pesadilla del Gran Hermano vaticinada por George Orwell en “1984”.
Y lo que es más alucinante del caso: una vez “filtradas” estas informaciones, nadie se ha preocupado de rebatirlas.
¡Ni mucho menos!

Todos los medios de comunicación, los poderes políticos y las grandes empresas de Internet implicadas en el escándalo han confirmado públicamente este estado de vigilancia como algo real e indiscutible.
Como mucho han prometido, de forma poco convincente y con la boca pequeñaque no van a seguir haciéndolo…
¡Incluso se han permitido el lujo de dar algunos detalles técnicos!
¿Y cuál ha sido la respuesta de la población mundial cuando se ha revelado esa verdad?
¿Cuál ha sido la reacción general al recibir estas informaciones?
Ninguna.

Todo el mundo sigue absorto con su smartphone, sigue revolcándose en el dulce fango de las redes sociales y sigue navegando las infestadas aguas de Internet sin mover ni una sola pestaña…

Así pues, ¿De qué sirve saber la verdad?
En el caso hipotético de que Edward Snowden o Julian Assange sean personajes reales y no creaciones mediáticas con una misión oculta, ¿De qué habrá servido su sacrificio?
¿Qué utilidad tiene acceder a la información y desvelar la verdad si no provoca ningún cambio, ninguna alteración, ni ninguna transformación?
¿De qué sirve saber de forma explícita y documentada que la energía nuclear solo nos puede traer desgracias, como nos demuestran los terribles accidentes de Chernobyl y Fukushima, si tales revelaciones no surten ni el más mínimo efecto?

¿De qué nos sirve saber que los bancos son entidades criminales dedicadas al saqueo masivo si seguimos utilizándolos?
¿De qué nos sirve saber que la comida está adulterada y contaminada por todo tipo de productos tóxicos, cancerígenos o transgénicos si seguimos comiéndola?

¿De qué nos sirve saber la verdad sobre cualquier asunto relevante si no reaccionamos, por más graves que sean sus implicaciones?
No nos engañemos más, por duro que sea aceptarlo.
Afrontemos la realidad tal y como es.
En la sociedad actual, saber la verdad ya no significa nada
Informar de los hechos que verdaderamente acontecen, no tiene ninguna utilidad real
Es más, la mayoría de la población ha llegado a tal nivel de degradación psicológica que, como demostraremos, la propia revelación de la verdad y el propio acceso a la información refuerzan aún más su incapacidad de respuesta y su atonía mental.

La gran pregunta es: ¿POR QUÉ?
¿Qué nos ha conducido a todos nosotros, como individuos, a este estado de apatía generalizado?
Y la respuesta, como siempre sucede cuando nos hacemos preguntas de este calado, resulta de lo más inquietante.
Y está relacionada, directamente, con el condicionamiento psicológico al que está sometido el Individuo en la sociedad actual.
Pues los mecanismos que desactivan nuestra respuesta al acceder a la verdad, por más escandalosa que ésta resulte, son tan sencillos como efectivos.
Y resultan de lo más cotidiano.

Simplemente todo se basa en un exceso de información
En un bombardeo de estímulos tan exagerado que provoca una cadena de acontecimientos lógicos que acaban desembocando en una flagrante falta de respuesta.
En pura apatía.
Y para luchar contra este fenómeno, resulta clave saber cómo se desarrolla el proceso…


¿CÓMO SE DESARROLLA EL PROCESO?
Para empezar, debemos entender que todo estímulo sensorial que recibimos está cargado de información.
Nuestro cuerpo está diseñado para percibir y procesar todo tipo de estímulos sensoriales, pero la clave del asunto radica en la percepción de información de carácter lingüístico, entediendo por “lingüistico”: todo sistema organizado con el fin de codificar y transmitir información de cualquier clase.
Por ejemplo, escuchar una frase o leerla implica una entrada de información en nuestro cerebro, de caracter lingüístico.
Pero también lo implica ver el logo de una empresa, escuchar las notas musicales de una canción, ver una señal de tráfico o oir la sirena de una ambulancia, por poner algunos ejemplos…

Una persona en el mundo actual, está sometida a miles y miles de estímulos lingüisticos de este tipo a lo largo de un día normal, muchos de ellos percibidos de forma consciente, pero la inmensa mayoría percibidos de forma inconsciente, que deben ser procesados por nuestro cerebro.
El proceso de captación y procesamiento de esta información lo podríamos dividir básicamente en 3 fases: percepción, valoración y respuesta

Percepción
Sin lugar a dudas, formamos parte de la generación con mayor capacidad de procesamiento de información a nivel cerebral de la toda historia de la humanidad, con muchísima diferencia, sobretodo a nivel visual y auditivo.
Es más, a medida que nacen y crecen nuevas generaciones, éstas adquieren una mayor velocidad de percepción de información.
Una muestra de ello la podemos encontrar en el propio cine.

Visualiza un antiguo western de John Wayne, en una secuencia cualquiera de acción, como por ejemplo, un tiroteo.
Y después visualiza una secuencia de un tiroteo o de una persecución de coches en una película actual.
Cualquier secuencia de acción de una película actual está trufada de sucesiones rapidísimas de planos de corta duración.
En tan solo 3 o 4 segundos verás diferentes planos: la cara del protagonista conduciendo, la del acompañante gritando, la mano en el cambio de marcha, el pie pisando el pedal, el coche esquivando un peatón, el perseguidor que derrapa, el malo que agarra la pistola, como dispara por la ventanilla, etc…y cada plano habrá durado apenas décimas de segundo.
Las imágenes se suceden a toda velocidad como los disparos de una ametralladora.
Y sin embargo eres capaz de verlas todas y procesar el mensaje que contienen.

Ahora ponte la película de John Wayne.
No encontrarás sucesiones de planos a ritmo de ametralladora, sinó sucesiones de planos mucho más largos en duración y con mayor tamaño de campo visual.

Probablemente, un espectador de la época de John Wayne se habría mareado viendo una película actual, pues no estaría acostumbrado a procesar tanta información visual a tanta velocidad.

Esto es un ejemplo sencillo del bombardeo de información al que está sometido el cerebro de alguien en la actualidad, en comparación con el de una persona de hace tan solo 50 años.
Añádele a esto todas las fuentes de información que te rodean, como la televisión, la radio, la música, la omnipresente publicidad de todo tipo, las señales de tráfico, los diferentes y variados ropajes que viste cada una de las personas con las que te cruzas por la calle y que representan, cada uno de ellos una serie de códigos lingüísticos para tu cerebro, la información que ves en tu móvil, en la tablet, en internet y añádele, además, tus compromisos sociales, tus facturas, tus preocupaciones y los deseos que te han programado tener, etc, etc, etc…

Se trata de una auténtica inundación de información que debe procesar tu cerebro continuadamente.
Y todo ello en un cerebro del mismo tamaño y capacidad que el de ese espectador de los westerns de John Wayne hace 50 años.
Por lo visto, parece que nuestro cerebro tiene capacidad suficiente para percibir tales volúmenes de información y comprender los mensajes asociados a esos estímulos.
Ahí no radica el problema.
De hecho parece que nuestro cerebro disfruta con ello, pues nos hemos convertido en adictos al bombardeo de estímulos.
El problema aparece en la siguiente fase.

Valoración
Es cuando debemos valorar la información recibida, es decir, cuando llega la hora de juzgar y analizar sus implicaciones, que nos topamos con nuestras limitaciones.
Porque, literalmente, no disponemos de tiempo material para hacer una valoración en profundidad de esa información.
Antes de que nuestra mente, por sí misma y con criterios propios, pueda juzgar de forma más o menos profunda la información que recibimos, somos bombardeados por una nueva oleada de estímulos que nos distraen e inundan nuestra mente.
Es por esta razón que nunca llegamos a valorar en su justa medida, la información que recibimos, por importantes que sean sus posibles implicaciones.
Para comprenderlo mejor, vamos a utilizar una analogía, en forma de pequeña historia.
Imaginemos a una persona muy introvertida, que pasa la mayor parte de su tiempo encerrada en casa.
Prácticamente no tiene amigos ni entabla relaciones sociales de ningún tipo.
Ahora supongamos que esa persona baja al supermercado a comprar una botella de leche y cuando va a pagarla, se le cae al suelo y la rompe, causando gran estruendo y manchando su ropa a ojos de todos los clientes y de la cajera.
Cuando esa persona vuelva a su casa, aislada de toda relación y estímulo social, probablemente dará un gran valor a lo acontecido en el supermercado.
Se preguntará por qué le cayó la leche y qué movimiento en falso realizó para que eso sucediera; se preguntará si fue culpa suya o fue culpa de la botella que era demasiado resbaladiza; analizará en su cabeza la mirada de la cajera y los gestos y comentarios de todos y cada uno de los clientes; incluso observará las manchas en su ropa e intentará adivinar lo que pensaban sobre ella las demás personas al verla en esa situación.
Se sentirá ridícula y juzgará aquel acontecimiento meramente anecdótico como mucho más importante de lo que realmente es.
Simplemente porque para ella, ese ridículo en el supermercado será el gran acontecimiento social del día o de la semana.
Y quizás no lo olvide nunca más en su vida.
Ahora sustituyamos a la persona introvertida y sin relaciones por un modelo opuesto. Una persona extrovertida, que pasa el día entero rodeada de gran cantidad de personas y acontecimientos, interactuando frenéticamente con clientes y compañeros de trabajo, hablando por teléfono, concertando citas, comprando, vendiendo, haciendo reuniones, riendo, enfadándose y rematando el día tomando copas con los amigos.
Supongamos que esta persona va a comprar la leche y también se le cae causando gran estruendo y manchándose la ropa.
La valoración que hará del hecho será meramente anecdótica, pues representará un evento más de entre los muchos acontecimientos de carácter social que experimenta a lo largo de la jornada.
Y en pocas horas se habrá olvidado de lo sucedido.
Una persona en la sociedad actual se asemeja mucho al segundo modelo, sometida a gran cantidad de estímulos sensoriales, sociales y lingüísticos.
Para nosotros, toda información recibida es rápidamente digerida y olvidada, arrastrada por la corriente incesante de información que entra en nuestro cerebro como un torrente.
Porque vivimos inmersos en la cultura del twit, un mundo donde toda reflexión sobre un evento dura 140 caracteres.
Y esa es la profundidad máxima a la que llega nuestra limitada capacidad de análisis.

Es por esta razón, por nuestra impotencia a la hora de valorar y juzgar por nosotros mismos el volumen de información al que estamos sometidos, que la propia información que nos es transmitida lleva incorporada la opinión que debemos tener sobre ella, es decir, aquello que deberíamos pensar tras realizar una valoración profunda de los hechos.
Es decir, el emisor de la información le ahorra amablemente al receptor el esfuerzo detener que pensar.
Ese es el procedimiento que utilizan los grandes medios de comunicación y en un mundo con individuos auténticamente pensantes sería calificado de manipulación y lavado de cerebro

La televisión es un claro ejemplo de ello.
Fijémonos en un noticiario cualquiera.
Todas las noticias de todos las cadenas estan narradas de forma tendenciosa, de manera que contengan en su redactado y presentación no solo la información que debe ser transmitida, sinó la opinión que debe generar en el espectador.
O más claramente aún, el ejemplo de las omnipreentes tertulias políticas, donde los tertulianos son calificados como “generadores de opinión”.
Es decir, su función es generar la opinión que deberías fabricar por tí mismo.

Así pues, el bombardeo contínuo e incesante de información en nuestro cerebro nos impide juzgar adecuadamente el valor de los hechos, con criterio propio y según nuestros códigos internos.
Nos quita el tiempo que deberíamos tomarnos para sopesar las consecuencias de un acontecimiento y lo fragmenta en pedacitos de 140 caracteres y con ello, convierte en breve y superficial cualquier juicio que emitamos sobre una información recibida.
Resumiendo: nos hace pensar “en titulares” y por norma general, esos titulares ni tan solo los pensamos nosotros mismos, sino que nos son inoculados con la propia información.

Respuesta
Una vez reducido a la mínima expresión nuestro tiempo de valoración personal de los hechos, entramos en la fase decisiva del proceso, aquella en que nuestra posible respuesta queda anulada.
Aquí entran en juego las emociones y los sentimientos, el motor de toda respuesta y acción.
Y es que al fragmentar y reducir nuestro tiempo dedicado a juzgar una información cualquiera, también reducimos la carga emocional que asociamos a esa información.
Observemos nuestras propias reacciones: podemos indignarnos mucho al conocer una noticia cualquiera, ofrecida en un noticiario, como por ejemplo el desahucio forzoso de una familia sin recursos, pero al cabo de unos segundos de recibir esa información, somos bombardeados por otra información distinta que nos lleva a sentir otra emoción superficial diferente, olvidando así la emoción anterior.

Para decirlo de forma gráfica y clara: de la misma manera que nuestra capacidad de juicio y análisis queda reducida a un twit, nuestra respuesta emocional queda reducida a un emoticono

Y aquí es donde reside la clave del asunto.
Es en este punto donde queda desactivada nuestra posible respuesta.
Para comprenderlo mejor, volvamos a la analogía de las personas introvertida y extrovertida que rompían la botella de leche en el supermercado.
La persona introvertida encerrada en su hogar, que ha otorgado un valor más profundo a los hechos acontecidos en el supermercado seguirá dándole vueltas al asunto una y otra vez.
Es decir, no olvidará fácilmente las emociones vinculadas al ridículo que sintió en ese momento y con mucha probabilidad, esa exposición continuada a sus propias emociones acabará desembocando en un sentimiento de incomodidad ante la posibilidad de volver al lugar de los hechos.
Así pues, es muy posible que esa persona no vuelva durante un tiempo a comprar en ese supermercado, aunque eso implique que ha de ir bastante más lejos a comprar la leche.
Hasta el punto de llegar a fabricar un sentimiento de repulsa hacia el propio establecimiento y las personas que la vieron hacer el ridículo.
Es decir, la energía emocional que habrá volcado sobre ese hecho concreto, habrá terminado desembocando en una reacción efectiva ante el hecho en sí.
Sin embargo, la persona extrovertida volverá sin ningún problema al supermercado a comprar leche, pues en su mente, el suceso llevará asociada muy poca carga emocional.
Como mucho, quizás se ruborice un poco al ver a la cajera o a algún cliente.
Es decir, la persona extrovertida, no emprenderá acciones efectivas y tangibles derivadas del suceso de la botella de leche.
Más allá de las valoraciones que hagamos sobre estos personajes inventados, estos ejemplos nos sirven para demostrar que el bombardeo incesante de información al que estamos sometidos acaba desembocando en una fragmentación de nuestra energía emocional y por ello acabamos ofreciendo una respuesta superficial o nula.
Una respuesta que en momentos como el que vivimos, intuímos debería ser mucho más contundente y que sin embargo, no llegamos a generar porque carecemos de energía suficiente para hacerlo.

Y todos observamos desesperados a los demás y nos preguntramos “¿Por qué no reaccionan? ¿Por que no reacciono yo?”
Y esa impotencia desemboca, al final, en una sensación de frustración y apatía generalizadas.
Ésta parece ser la razón básica por la que no se produce una Revolución cuando, por la lógica propia de los acontecimientos, debería producirse.
Se trata pues, de un fenómeno meramente psicológico

Éste es el mecanismo básico que aborta toda respuesta de la población ante los continuos abusos recibidos.
La BASE sobre la que se sustentan todas las manipulaciones mentales a las que estamos sometidos actualmente.
El mecanismo psicológico que mantiene a la población idiotizada, dócil y sumisa
Lo podríamos resumir así:
El excesivo bombardeo de información nos impide tomarnos el tiempo necesario para otorgar el valor adecuado a cada información recibida y con ello, nos impide asociarle la suficiente carga emocional como para generar una reacción efectiva y real

¿CONSPIRACIÓN O FENÓMENO SOCIAL?
Poco importa si todo esto forma parte de una gran conspiración para controlarnos o si hemos llegado a este punto por la propia evolución de la sociedad, porque las consecuencias son exactamente las mismas: los más poderosos harán lo posible por mantener estos mecanismos en funcionamiento; incluso fomentarán tanto como puedan su desarrollo, simplemente porque les beneficia.
De hecho, la propia revelación de la verdad favorece estos mecanismos.
A los más poderosos ya no les importa mostrarse tal y cómo son ni desvelar sus secretos, por sucios y oscuros que éstos sean.
Revelar estas verdades ocultas contribuye en gran medida a aumentar el volumen de información con el que somos bombardeados.
Cada secreto sacado a la luz crea nuevas oleadas de información, que puede ser manipulada e intoxicada con datos adicionales falsos, contribuyendo con ello a la confusión y al caos informativo y con ello a nuevas oleadas secundarias de información que nos aturdan aún mas y nos suman más profundamente en la apatía.
Si combinamos esta apatía, fruto de la poca energia emocional con la que intentamos responder, con las tremendas dificultades que el propio sistema nos pone a la hora de castigar a los responsables, se generan nuevas oleadas de frustración, cada vez más acusadas, que nos llevan, paso a paso, a la rendición definitiva y a la sumisión absoluta.
Así pues, no lo dudes: a las personas que ostentan el poder les interesa bombardearte con enormes volúmenes de información lo más superficial posible
Porqué una vez instaurada en la sociedad esta forma de interactuar con la información recibida, todos nosotros nos convertimos en adictos a ese incesante intercambio de datos.

El bombardeo de estímulos representa una auténtica droga para nuestro cerebro, que cada vez necesita más velocidad en el intercambio de informaciones y exige menos tiempo para tener que procesarlas.

Nos sucede a todos: cada vez nos cuesta más dedicar tiempo a leer un artículo largo cargado de información estructurada y razonada.
Exigimos que sea más resumido, más rápido, que se lea en una sola línea y que se ingiera como una pastilla y no como un ágape decente.

Nuestro cerebro se ha convertido en un drogadicto de la información rápida, en un yonqui ávido de contínuos chutes de datos que ingerir, a poder ser pensados y analizados por cualquier otro cerebro, para no tener que hacer el esfuerzo de fabricarnos una compleja y contradictoria opinión propia.
Porque odiamos la duda, pues nos obliga a pensar.
Ya no queremos hacernos preguntas.
Solo queremos respuestas rápidas y fáciles.

Somos y queremos ser antenas receptoras y replicadoras de información, como meros espejos que rebotan imágenes externas.
Pero los espejos son planos y no albergan más vida en ellos que la que reflejan proviniendo del exterior.
Hacia ahí se dirige el ser humano de forma acelerada.
¿Vamos a permitirlo?

CONCLUSIÓN
Quizás todo lo expuesto anteriormente no es lo que querías escuchar.
Es poco estimulante y resulta algo complicado y farragoso, pero las realidades complejas no pueden reducirse a un ingenioso titular en forma de twit.
Para emprender una transformación profunda de nuestro mundo, para iniciar una auténtica Revolución que lo cambie todo y nos lleve a una realidad mejor, deberemos descender hasta las profundidades de nuestra psique, hasta la sala de máquinas, donde estan en marcha todos los mecanismos que determinan nuestras acciones y movimientos.
Ahí es donde se está dirimiendo la auténtica guerra por el futuro de la humanidad
Nadie nos salvará desde un púlpito con brillantes proclamas y promesas de una sociedad más justa y equitativa.
Nadie nos salvará sólo contándonos la supuesta verdad, ni desvelando los más oscuros secretos de los poderes en la sombra.
Como acabamos de ver, la información y la verdad ya no tienen importancia, porque nuestros mecanismos de respuesta están averiados.
Debemos descender hasta ellos y repararlos; y para conseguirlo, debemos saber cómo funcionan.
Para ello no será necesario hacer un complejo curso de psicología: observando con atención y razonando por nosotros mismos podemos conseguirlo.
Porque no se trata de algo esotérico ni fundamentado en creencias extrañas de carácter Místico, Religioso o New Age.
Es pura lógica: No hay revolución posible sin una transformación profunda de nuestra psique a nivel individual.
Porque nuestra mente está programada por el Sistema.
Y por lo tanto, para cambiar ese Sistema que nos aprisiona, antes debemos desinstalarlo de nuestra mente.
¿Tú lo vas a hacer?




jueves, 6 de octubre de 2016





Gobierno de salvación global


Este proyecto ideado por recocidos políticos y economistas universales
No es una utopía, sino una contundente realidad leerla es transportarse a una situación inédita
Pero muy Real y controvertida, pues no deja de ser una realidad que se vive a diario y que nos duele reconocer.
El GSG será un gobierno alternativo que se posicionada de todo el control del planeta, que no se hablará en términos nacionales sino universales y marcará pautas a seguir de manera contundente para mitigar la super población del planeta y la falta de recursos para la supervivencia de la misma, y volver al equilibrio de los mejores siglos de la humanidad pero con todos los adelantos de la actualidad. La Magna idea es hacer un planeta equilibrado entre población, y producción para que cree una humanidad con oportunidad de vida igualitaria y equitativa, porque nuestro problema único básico y fundamental es la super poblacion y sigue creciendo.

Si es cierto que el mundo ha progresado proporcionalmente más en los últimos cincuenta años que en toda la historia, no lo es menos el hecho de que la desigualdad entre las naciones es una de las características que mejor definen al mundo contemporáneo.
Este fenómeno se traduce, sobre todo, en las grandes diferencias existentes entre los pueblos en el acceso a bienes y servicios básicos, y es consecuencia de los procesos económicos que, con diferentes resultados, se han experimentado en las últimas décadas.
Algunas investigaciones recientes parecen demostrar que los principales factores que intervienen en los conflictos actuales tienen que ver con las dificultades económicas, los problemas de acceso a la propiedad de la tierra en el mundo rural, la religión y la inestabilidad política

Las cifras de personas que carecen de lo básico para sobrevivir con un mínimo que garantice un nivel elemental de salud son altas, como por ejemplo : más de 1.200 millones de seres humanos no tienen acceso a agua potable; 1.000 millones carecen de vivienda estimable; existen 840 millones de personas mal nutridas, de los cuales 200 millones son niños menores de cinco años, y 2.000 millones de personas padecen anemia por falta de hierro; 880 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de salud; y 2.000 millones de personas carecen de acceso a medicamentos esenciales. Para resumir, nada menos que el 80% de la población mundial vive en la pobreza. Cabe destacar que la falta de salud no es ni causa ni efecto de la pobreza, es un componente más de la misma, un hecho sustancial a ella y un parámetro que, quizás como ningún otro, ayuda a identificarla.

A lo largo de los años 90 este proceso de desigualdad mundial se fue agudizando y definiéndose geográficamente de tal manera que situar en el mapa los conflictos y guerras abiertas actualmente en curso, es superponerlos a las zonas cuyas carencias hemos descrito anteriormente (Actualmente Afganistán, India, Pakistán, Colombia, Venezuela)

La globalización, como fenómeno, arroja, entre otros, un efecto inesperado, o sea que la población de los países pobres conoce perfectamente la riqueza y el desahogo con que se vive en otros lugares del mundo y es consciente de esas desigualdades. Se globalizan la información y las corrientes financieras, pero no los derechos de la gente, ni el desarrollo humano, ni el bienestar. Este conocimiento de la desigualdad, una vez referido a la propia situación de carencia de bienes y servicios básicos, es generador de frustración, de actitudes desesperadas, de odio, de integrismo y de violencia, y hasta de racismo, y no son pocos, o sea nada menos que 3.000 millones de seres humanos pueden sufrir hoy en el mundo este sentimiento de injusticia.
Partiendo de esto se aprecia que la situación converge en un exceso poblacional, y su control es fundamental para mantener un bienestar general, los recursos del planeta son finitos y debemos buscar el tope poblacional para mantener una humanidad sana estable y feliz, metas que hasta ahora han sido inviables y de las cuales sólo participa una minoría.............

sábado, 1 de octubre de 2016




Políticos

Los políticos, los grandes habladores que nos aturden desde cualquier tribuna no son productores de ideas son sólo transmisores de lo que llevan escrito, huérfanos de ideas son tan sólo parlanchines que piensan poco y mienten más, mentes prestas al engaño de masas y financiados por mecenas, creando un mundo paralelo a la realidad cotidiana,  mediocridad disfrazada de salva patrias, estercolero de bazofia humana .





SENADO

Zoológico de dinosaurios
Una manera de vivir sin forzar la espalda.

jueves, 11 de agosto de 2016






Niko Paech: "Europa unida ha propuesto una promesa sociopolítica irrealizable"

El economista alemán Niko Paech

 En Europa consumimos más recursos de los disponibles. ¿Cómo pueden vivir las personas bien y de forma moderna y humana, consumiendo menos? Si reducimos el PIB a la mitad, también tendríamos solo la mitad de ingresos. De ahí que haya que repartir el tiempo de trabajo a 20 horas semanales. Con el resto podríamos trabajar en dicho autoabastecimiento. Esta dualidad haría nuestras economías mas estables. No seríamos tan dependientes de la técnica, del dinero, los mercados, las empresas ni del estado.
Coincidimos en que hay que acabar con la obsolescencia, el que las cosas están hechas para romperse rápido. Vivir con menos ingresos significa tener que aprender a improvisar. Ser menos móviles. Habrá menos vuelos. Los coches solo se usarán de forma colectiva. Utilizaremos los textiles más tiempo y repararemos más cosas.
 Desde mi punto de vista el cambio energético alemán es un fracaso. No tenemos una red adecuada ni capacidad para almacenar la energía producida. Además, no se tiene en cuenta que la producción de bienes que consumimos aquí tiene lugar en otro sitio, en China. Aunque cambiemos nuestro sistema energético, el cambio energético tiene que ser allí. Pero si obligamos a Asia a pasarse a un sistema sostenible, los productos serían tan caros que no los podríamos pagar. Necesitamos rebajar nuestras expectativas y deseos de productos de forma radical.

Regular los mercados es muy complicado. Es mas acertado sentar un marco ecológico. Es decir, avisar en los productos de cuánto CO2 se emite durante la producción, de forma que sean las personas las que dejen de utilizar determinados productos. También cecesitamos bancos-cooperativas que sean mas pequeños. No se les debería permitir especular sino solo las funciones básicas: que el capital se produzca cuando las personas ahorran.
 Para mí el euro ha sido un fracaso, así como la integración europea. Optaría por introducir monedas sustitutorias, regionales. La Europa unida ha propuesto una promesa sociopolítica irrealizable. Todos esperaban del euro más consumo. El resultado: estados se endeudan sobremanera y otros se benefician de esta desigualdad, como Alemania. Los países han de vivir en dignidad, sin una pobreza grave, que haya asistencia médica, un buen sistema educativo. Pero no hay un derecho a la sociedad de consumo. Una industria moderna pero modesta, que complemente a una producción autóctona y de autoabastecimiento sería la alternativa.

domingo, 15 de mayo de 2016




 El Tren de la vida: ¿Qué reflexión más bonita.

 La vida es como un viaje en tren, con sus estaciones, los cambios de vías, sus accidentes !!! Cuando nacemos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, y creemos que siempre viajarán con nosotros, pero en alguna estación ellos bajarán dejandonos sólos en el viaje. Del mismo modo subirán otras personas, significativas: nuestros hermanos, amigos, hijos e incluso el amor de nuestra vida Muchos bajarán y dejan un vacío permanente .. Otros pueden pasar tan desapercibidos que ni nos daremos cuenta que han desocupado sus asientos !! Este viaje estará lleno de alegrías, tristezas,
fantasías, esperas y despedidas. El éxito consiste en tener una buena relación con todos los pasajeros, en dar lo mejor de nosotros. El gran misterio para todos, es que no sabemos en qué estación bajaremos, por ello, debemos vivir de la mejor manera, amar, perdonar, ofrecer lo mejor de nosotros ... Así, cuando llegue el momento de desembarcar y nuestro asiento quede vacío, dejamos buenos recuerdos a los que siguen viajando en el tren de la vida !!!! Te deseo que el viaje en tu tren sea mejor cada día, cosechando éxitos y dando mucho amor. Ah! Te doy las gracias por ser pasajero de mi tren.

lunes, 22 de febrero de 2016

CORRUPCION





Corrupción, una parte estructural del sistema


Portadas y telenoticiarios sobre corrupción en el Ayuntamiento de Valencia. Registros por la Guardia Civil de la sede del Partido Popular de Madrid relacionados con corrupción. En 2014, 1.700 causas por corrupción en España y cientos de imputados. La Guardia Civil triplicó ese año respecto a 2011 las operaciones contra la corrupción. Suma y sigue… Pero el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, asegura que hay casos de corrupción “deleznables”, pero España no es “un país estructuralmente corrupto”. Que Santa Lucía le conserve la vista.
Lo peor de la corrupción es precisamente ser estructural. Sin ir más lejos, la crisis es resultado de corrupción sistemática, perpetrada por las élites y sus servidores. Esclarecedora muestra es la actuación de la banca Goldman Sachs, que alteró y ocultó las cuentas reales de la economía griega para que Grecia pudiera ingresar en la eurozona. Y ya vimos que pasó después. Goldman Sachs fue denunciada también por la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos por vender títulos de deuda con hipotecas que jamás rendirían beneficio alguno. Origen de la crisis.
Consumada la estafa de títulos con hipotecas basura, se hundieron los balances del sector financiero. La inyección de billones de dinero público en el sistema evitó el desastre total. Posteriores investigaciones demostraron que bancos y agencias de calificación engañaron a sabiendas garantizando la seguridad de los títulos envenenados con hipotecas incobrables. En la misma línea corrupta cabe recordar la fraudulenta venta de obligaciones preferentes en España, apropiándose de los ahorros de cientos de miles de pensionistas. O la no menos engañosa salida a bolsa de Bankia con falsa información sobre el valor de sus acciones.
En Estados Unidos, hace más tiempo, la eléctrica Enron manipuló precios, quintuplicó el valor de la electricidad y suspendió pagos fraudulentamente. Shell contabilizó 7.400 millones de dólares inexistentes para simular superior rentabilidad. La telefónica World Com transformó pérdidas de 4.000 millones de dólares en beneficios para aumentar el precio de sus acciones. Merck anotó 14.000 millones de dólares de ingresos inexistentes. Bristol-Myers manipuló precios de productos farmacéuticos para aumentar ventas. La empresa de fibra óptica Qwest simuló compras y ventas inexistentes para subir el valor de sus acciones. Global Crossing, Adelphia, Tyco, Xerox, Parmalat, Deutsche Bank… La corrupción siempre está ahí. Es parte esencial del sistema.
En el Reino de España, no acaba la corrupción que brota y crece como setas tras la lluvia. Gurtel, Púnica, Pretoria, caso Palau, caso Pujol, caso Bárcenas, caso Rato, tarjetas negras, ayuntamiento de Valencia, Partido Popular de Madrid… Y más. Si ponen esas palabras en un buscador de Internet se desplegarán páginas y páginas de corrupción, trampa, timo, engaño, fraude, apropiación, soborno, saqueo y pillaje.
La corrupción es muy capitalista y la lista de sus partidarios que vulneran la ley con trampas y robos de lo público es tan larga que aburre. Porque el capitalismo lleva en su ADN quebrantar la ley. Lo único que le interesa es aumentar más y más beneficios en poco tiempo. Lo que se traduce en muy escasa voluntad política de acabar con la corrupción. En España, la reciente reforma de la ley de enjuiciamiento criminal “favorece la impunidad de la corrupción y de la criminalidad organizada al reducir los plazos de instrucción de los sumarios”, denunció el ex-fiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo. Según Villarejo, se beneficiarán los corruptos porque muchos casos serán archivados por exceder el corto tiempo de instrucción de la nueva ley, cuando es sabido que los delitos de corrupción son complejos, precisan investigación rigurosa y tiempo.
¿Cómo no habrá corrupción si el mismo FMI prestó a Rusia más de 20.000 millones de dólares en los años noventa sin control alguno de ese capital? Quinientos de esos millones fueron a parar al entorno del presidente Yeltsin. Al mismo tiempo, bancos estadounidenses aceptaban depósitos de cantidades obscenas, ocultando origen y titularidad. Puro blanqueo. Como fueron blanqueadas y escondidas por muy respetables bancos europeos y estadounidenses las inmensas fortunas corruptas de los dictadores del siglo XX. Rosa Jansen, que fue vicepresidenta del Tribunal de Utrecht de Holanda, afirmó hace años que “estamos ante el nacimiento de la corrupción supranacional”. Profético.
La corrupción está a gusto en los países ricos. Por ser otro modo de acumulación de capital. Pero aún hay quien pretende que la corrupción no es estructural, solo casos aislados. No es así y recordad que todo el dinero que se va por las cloacas de la corrupción es dinero que en realdiad roban a la ciudadanía, al pueblo trabajador.

POR RAZONES

martes, 16 de febrero de 2016

POBLACIÓN Y RECURSOS




“Se ha sugerido que una población mundial total que se moviera entre los 1000 y los 2000 millones podría garantizar que todos los individuos vivieran vidas prósperas, suponiendo siempre un cambio limitado en el consumo per cápita y en el uso de materias primas extraídas de la tierra”,

El único método para lograr verdaderamente el tipo de reducción de la población deseado , con el fin de lograr la sostenibilidad y la prosperidad en la tierra, es establecer una política global de un solo hijo por pareja, como la establecida por el régimen Chino.

Si se llegara a imponer en el año 2045, conseguiría reducir la población mundial hasta los 3450 millones de habitantes en el año 2100.

 El principal obstáculo que se debería vencer a la hora de imponer medidas de planificación familiar tan estrictas y una política global de hijo único serían las ideologías conservadoras de carácter político y religioso.

China impone por la fuerza la política del hijo único, mediante una agobiante coerción económica y mediante un sistema de represión estatal que viola todos los derechos individuales.

La imposición de tales medidas sería “difícil de conseguir”,  tales métodos draconianos ofrecen “un gran potencial a la hora de reducir el tamaño de la población humana y aliviar la presión sobre la disponibilidad de recursos a largo plazo”

“Es evidente que la reducción de la fertilidad en la población humana, ofrece muchos beneficios ambientales y sociales”.

“la fertilidad está cayendo y el tamaño de las familias se está reduciendo en lugares tales como Brasil, Indonesia o incluso algunas partes de la India, muestran que la tasa de fecundidad en la mitad del mundo es ahora de 2.1 o menos, que es el número mágico según el cual se consigue una población estable y por lo general es llamado “la tasa de reposición de la fertilidad”. En algún momento entre 2020 y 2050 la tasa de fecundidad en el mundo va a caer por debajo de la tasa de reemplazo global”


 Actualmente hay 85 personas que acaparan la riqueza de 3500 millones, o sea, cada vez peor y al paso que va dentro de 10 años serán 50 personas las que tengan la riqueza de 5000 millones, con lo cual se genera un exceso de población mundial sin recursos, lo cual es un problema para dicha oligarquía que concentra tanta riqueza en sus manos, porque tantos pobres en el mundo pueden generar revueltas sociales en el planeta y acabar con este infame sistema que tantas injusticias genera, de esto no se habla porque obviamente no les interesa, sólo se limitan al tema de la escasez de recursos naturales..
Pienso que el principal problema es este, el mal reparto de la riqueza, es lo que principalmente hace que haya un exceso de población mundial sin recursos, ya lo dijo el faraón hace unos miles de años en la antigua corte egipcia, tienen que haber esclavos que sirvan a los señores pero si el número se excede hay que reducirlos.


La superpoblación es una realidad tan grave teniendo en cuenta que a mayor población, mayor será el consumo y mayor serán los desechos y contaminación. Ya tenemos un séptimo continente de desechos plásticos en el OP. Las consecuencias que trae la superpoblación son tan evidentes en todos los lugares del orbe; tal vez en los países desarrollados sea imperceptible por la tecnología y los servicios de reciclaje que tienen, pero finalmente también son grandes generadores de CO2. Imagínense un severo cambio de clima mundial y toda la producción agrícola cae, entonces veremos cómo es que la superpoblación reaccionará ante la falta de alimentos.

 Hay mucha tierra inhabitada, pero hay que tener cuenta la fauna y la flora? Que la tierra no es solo de las personas que también tienen que vivir los animales, los arboles?
Que vamos a hacer al final talar todos los arboles, matar a todos los animales, excepto los que nos comemos para que haya sitio para nosotros, nuestros campos y nuestros vertederos?

Que verdad tan grande!
Y me pregunto yo por qué no es posible que entre nosotros la población no hagamos uso de nuestros recursos, como por ejemplo nuestros ayuntamientos y movilizarnos por nuestra causa común nuestra salud, hijos, tierra, comida… Y qué pasa cuando un pastor no tiene rebaño al que guiar, no me refiero a radicalizar más bien a una intervención como la que hacen con personas con problemas de adicción.
Si el rebaño sabe a donde debe ir, y sabe los problemas que tienen que enfrentar deben tomar una decisión y claramente está es de una magnitud escalada, pero absolutamente nada es imposible.
Si ellos son nuestro problema y son ellos “los gobiernos” los que nos hacen ver a nosotros problemáticos cuando ellos son la causa de todos los problemas causados hasta ahora.
Una intervención del pueblo cambiaria totalmente estás acciones.

Dimitir, una forma de corrupción